Senderismo
ZAHARA DE LA SIERRA
Además de los coches otro de mis aficiones es el senderismo, en toda España tenemos innumerables rutas pero Andalucía se lleva la palma por su geografía y por su clima, aquí voy a describir varias de las yo he recorrido que son fáciles y bonitas para hacer cualquier fin de semana, animaros que os gustara.
Parque Natural Sierra de Grazalema
https://www.ventanadelvisitante.es/entrar.do;jsessionid=EBC0CB55675FC95EAAE98D5ED5A715E7
Pincha aquí arriba y descubrirás innumerables senderos y rutas de poca dificultad, todos ellos discurren por la provincia de Cádiz.
Ubicación: Zona noreste de la provincia de Cádiz y al noroeste de la de Málaga., en la zona más occidental de la Cordillera Bética.
Superficie: 53.411 ha.
Municipios: Zahara de la Sierra, Villaluenga del Rosario, Benaocaz, Ubrique, El Bosque, Prado del Rey, El Gastor y Algodonales en la provincia de Cádiz; y Benaoján, Montejaque, Cortes de la Frontera, Jimera de Líbar y Ronda en la provincia de Málaga.
De Grazalema a la Casa del Dornajo por los Llanos del Endrinal
Dificultad: Fácil
Duración: 2 h., itinerario señalizado desde el Llano de las Presillas con flechas azules.
La Casa del Dornajo son las ruinas de un cortijo enclavado en uno de los lugares más maravillosos y recogidos de la Sierra del Endrinal. Por su situación, en el centro geográfico de esta sierra, es un punto clave en las rutas que se pueden realizar dentro y por los alrededores de esta Sierra, siendo múltiples los itinerarios que desembocan o parten de ellos. Su entorno es todo un regalo para los sentidos. Se encuentra situado en un llano rodeado por un semicirco calizo con paredes rondando los 100 m. de caída vertical. Sin embargo, lo que llama la atención de este lugar, además de su tranquilidad, es el agua. El elemento que en otras partes de la Sierra de Grazalema se nos niega dada la naturaleza caliza del terreno, aquí se reúne, se combina con el paisaje, fluye con tal generosidad que moldea el entorno: fuentes de frescas aguas, abrevaderos donde moran tritones, prados anegados en la estación lluviosa, arroyuelos, aljibes, terrazas que antaño fueron fértiles huertas y casi como un espejismo una pequeña chopera de fresca sombra.
Tras el desayuno tradicional en la apacible población de El Bosque, partimos en coche por carretera en dirección a la pintoresca población de Grazalema. Unos kilómetros antes, en el aparcamiento a pie de carretera del camping Tajo Rodillo, dejamos los coches.
La silueta inconfundible del Peñón Grande, una mole calcárea con varias vías de escalada, nos vigila mientras nos colocamos las mochilas. A esta hora de la mañana aún hace fresco y el fuerte viento nos obliga a colocarnos los cortavientos que luego nos sobrarán. Empezamos nuestra ruta por un sendero pedregoso bien visible a la derecha de la valla del camping. Rápidamente el sendero toma altura, sin tregua, a la sombra de un pequeño pinar que nos deja ver las verticales paredes del Peñón Grande. A sus faldas, en una pequeña y pedregosa parcela, habitan unas cuantas cabras dentro de bidones cortados a modo de curiosas casetas. La ascensión pronto nos hace sudar y, pararemos a tomar aire y despojarnos de los cortavientos, para proseguir la subida por un sendero bien marcado. Al poco de dejar a nuestra derecha el Peñón Grande, el pinar desaparece y el paisaje típico de esta Sierra hace su aparición, vegetación baja y un caos de piedra caliza de color casi níveo. Proseguimos hasta llegar a un alto desde el cual las vistas son hermosas. Habremos ascendido unos 200 m., para llegar a una cota próxima a los 1.100 m. y desde aquí a nuestras espaldas el paisaje nos revela la Villa turística de Grazalema, parte del Embalse de Zahara y a lo lejos, las blancas casas de El Gastor. A nuestro frente, los Llanos del Endrinal dominan la vista, un curioso llano sin piedras, cercado por una pequeña valla de piedra con una fresca sombra de pinos. Este extraño llano es, según parece, artificial, realizado por antiguos pobladores de estas tierras en un intento de ganar terreno de cultivo a la montaña. Al fondo tras los Llanos, la Vaguada del Endrinal encajonada entre las paredes del Simancón y las últimas paredes del Peñón Grande.
En este alto, existe un cartel indicando la población de Grazalema, justo por donde hemos venido. Aquí el camino se bifurca, siendo el de la izquierda el que se dirige por un pinar a la Cancha de la Berejuela. Nosotros seguiremos de frente, sin pérdida, ya que la Vaguada del Endrinal se nos presenta como el único paso posible en este mar de caliza. Seguimos el camino, descendiendo hacia los Llanos por un camino claro que poco a poco nos va acercando su parte izquierda. Una vez abajo, lo que nos ha llevado escasos minutos, hay que tomar a la derecha, atravesando los Llanos, bajo los pinos, por cualquiera de los huecos de la valla de piedra, ya que nuestro camino sigue por el lado de la derecha de los Llanos. Otra opción consiste una vez en el alto, abrirse camino, sin desviarse a la izquierda, dejando a la derecha estos llanos, aunque la existencia de un camino y la opción de acercarse a ver los Llanos, descansando a la sombra de los pinos y deleitarse con el silencio de la montaña sólo roto por algún que otro balido de alguna oveja merece la pena. Una vez cruzado los Llanos, buscamos cualquier sendero que parta a la derecha y que pronto se unirá a uno bien marcado que, en poco más de media hora, asciende por la Vaguada, ahora por camino de tierra, ahora por camino pedregoso más propio de ser el cauce de una pequeña escorrentía de agua. El último tramo lo hacemos, campo a través, sin sendero, aunque sin confusión posible ya que debemos ascender hasta que a nuestra vista queda una valla de piedra, que viniendo de la derecha asciende por las paredes casi verticales del Simancón.
La vista hacia el Sur es amplia, el día es despejado y podemos observar la Sierra de la Silla, con su característica forma de silla de montar, y la cola del Pantano de los Hurones, que abastece a la Bahía de Cádiz. A la derecha de nuestra posición un poco más abajo, existe una angarilla (puerta) que nos permite el paso por esta valla de piedra, aunque eso nos supone perder altura que luego habrá que recuperar, por lo que nos apañamos para saltar la valla en un punto que nos parece tan bueno como cualquier otro, quedando abajo, a la derecha, el camino bien marcado que cruzando el Llano de las Presillas proviene del Puerto del Boyar. Continuamos hacia el Sur, sin perder altura, zigzagueando entre bloques caliza, destrepando a veces con cuidado, en busca del sendero que vemos a la derecha, al cual nos unimos en una pequeña subida. A partir de aquí el sendero está señalizado con flechas azules y es un bonito paseo, siempre descendiendo, con las paredes de las antecumbres del Simancón a nuestra izquierda y la sombra de las encinas que a ratos nos alivian del calor. En una vuelta del camino, observamos la silueta inconfundible del Circodel Dornajo, y cerca de sus paredes el grupito de chopos que nos indica la presencia de la Casa del Dornajo. Tras cruzar un pequeño torrente con fuente donde bebo con avaricia, llegamos a las terrazas de cultivo y a las ruinas del cortijo, en poco menos de dos horas desde que salimos del camping. Allí en el prado, nos acomodamos en unas piedras para dar cuenta de una buena comida.
BENAOCAZ Subida a El Cao
Dificultad: media-baja. Sin permiso.
Duración aprox: 3 horas
Época: de otoño a primavera
El Cao es una cumbre que se encuentra custodiando la localidad de Benaocaz. Tiene 1.397 m de altitud y su ascensión no es complicada. El tiempo que empleemos en coronar la cima dependerá en gran medida de las paradas que realicemos. Estas paradas están recomendadas por dos motivos: el primero para recuperar el aliento cuando afrontemos las pendientes más pronunciadas y el segundo porque sería una pena no pararse durante la caminata para admirar con calma los paisajes tan espléndidos que nos ofrece la ruta.
Podemos realizar la ruta desde otoño a primavera, no intentándolo con mal tiempo o si la cumbre está nevada, lo que dejaremos a los que conozcan bien el terreno. Por lo demás ya podemos iniciar la ruta, siempre recordando las recomendaciones que hemos dado para rutas anteriores.
Lo primero que debemos hacer es llegar hasta Benaocaz y tomarnos allí un buen desayuno a primera hora de la mañana. Tras preguntar a cualquier lugareño nos dirigiremos hasta el "coso" taurino de la localidad, que se encuentra en la parte más alta de ésta. Una vez allí comprobaremos que a pocos metros se encuentra una especie de campamento juvenil y en la linde derecha de este último una angarilla que deberemos cruzar, asegurándonos de cerrarla tras nuestro paso.
Deberemos seguir el sendero que se encuentra tras la angarilla, bien marcado, y que, en pendiente, nos conducirá hasta un pozo. El pozo es bien visible porque su parte alta está construida de ladrillos y que además nos resultará demasiado elevada. Esta elevación se debe a la profundidad del pozo y el peligro que esto conlleva para quien desee echar una ojeada (la cual deberemos realizar con extremada prudencia).
En esta primera ascensión nos parecerá curiosa una aguja de piedra que aparece a nuestra derecha. Dejaremos el pozo atrás y seguiremos el sendero que ahora discurrirá por una zona poblada de espinos.
Tras pasar esta parte llegaremos a otra zona donde el camino perece perderse por entre las piedras cortantes que emergen del suelo. Hay que tener cuidado de no desviarse aquí, y deberemos estar atentos al sendero, que ahora aparece marcado "en las piedras".
Pasado esto empezaremos una subida hacia la derecha, sin dejar el camino, la cual nos dejará observar los primeros paisajes. Esta subida se caracteriza por estar custodiada a su izquierda por enormes farallones de piedra.
La subida gira de repente a la izquierda y se convierte en una pendiente muy pronunciada. Nuestro objetivo será ahora llegar a lo más alto, donde encontraremos otra angarilla que deberemos cruzar y después cerrar.
En este punto nos perecerá que el terreno se allana. Y es así hasta unos pocos metros más allá, donde de nuevo tendremos que afrontar nuevas subidas.
Podremos ver ahora con claridad El Cao, que se divisa al final de un bosquecillo de quejigos que parece indicarnos la dirección a seguir. Y efectivamente es así. Tendremos que ir subiendo siempre con los quejigos a nuestra derecha y sin adentrarnos en ellos. Las pendientes aquí son de nuevo pronunciadas y el sendero parecerá perderse, pero no nos desesperaremos pues orientándonos con la visión de la cima nos será suficiente.
Ya casi al final llegaremos a un llano donde podremos dejar nuestras mochilas bajo la sombra de un árbol. Ahora tendremos la cima sobre nuestras cabezas, y para afrontarla nos dirigiremos un poco más adelante donde otro sendero bien marcado discurre entre las rocas. Si subimos por este camino llegaremos hasta el mismísimo punto geodésico que marca la máxima altura: 1.397 metros.
Para volver tenemos dos opciones: seguir adelante por un camino que baja desde donde dejamos las mochilas o volver por donde hemos venido. En esta ocasión volveremos sobre nuestros pasos, dejando la otra opción para otra ruta.
En el último llano, donde dejamos las mochilas, existe una sima muy profunda que evitaremos visitar si vamos con niños.
Dificultad: baja. Sin permiso.
Duración aprox.: 2 horas más el ascenso
Época: de otoño a primavera
Esta ruta debemos entenderla como una segunda parte de aquella que dedicamos a la ascensión a El Cao. En aquella volvimos sobre nuestros pasos, pero ahora conoceremos otra interesante forma de regresar.
Para empezar tendremos que tener en cuenta que nos encontramos en la explanada donde dejamos las mochilas antes de acometer la última subida al punto geodésico de El Cao. Aquí empieza nuestra ruta de este mes.
Para los que no hicieron la ascensión, o no la leyeron, les recomiendo que echen un vistazo a la ruta de ascenso (en esta misma sección).
Una vez que estemos en la explanada antes citada deberemos seguir un sendero que serpentea entre espinos, en una ligera bajada. Este sendero pasa junto a una roca en la que se pueden ver los estratos que la forman (ver foto más abajo) y nos llevará a una explanada. Aquí el camino gira un poco a la izquierda, dejando a la derecha un importante pico rocoso. Por aquí podremos ver la fuerte erosión que un arroyo provoca en épocas de lluvia, un arroyo que vierte sus aguas a un sumidero que podremos localizar más adelante.
Una vez pasado el sumidero tendremos que cruzar una pared de piedra y seguir el camino que se presenta ante nosotros.
Avanzando un poco más llegaremos a la parte más alta de una zona escarpada, desde donde veremos un pequeño y precioso valle. Este valle se encuentra unas decenas de metros más abajo y no lo visitaremos en esta ocasión. Nosotros deberemos seguir el sendero que discurre a la izquierda, entre una bosquecillo de acebuches y quejigos.
Una vez que salgamos de la espesura apareceremos ante una roca que nos invitará a subir a ella por ser casi plana en uno de sus lados. Seguiremos el camino, dejando la piedra a nuestra derecha y llegando a una zona desde donde podremos observar un espléndido paisaje y, al mismo tiempo, el recorrido que tendremos que seguir.
Desde esta atalaya podremos divisar, un poco a nuestra izquierda, dos pequeñas charcas por las que tendremos que pasar. Una vez pasadas nos dirigiremos a un arroyo que discurre en la parte más baja y que distinguiremos como una franja de vegetación espesa (adelfas, higueras, etc.). Seguiremos este arroyo, siempre a nuestra izquierda, debiendo para ello cruzar una alambrada cuya angarilla se encuentra junto a un gran árbol. Luego cruzaremos el arroyo por otra angarilla.
Ahora dejaremos este arroyo a nuestra espalda y seguiremos este sendero cruzando unas explanadas y pasando junto a una pared de piedra que delimita una zona para el pastoreo del ganado.
Este último camino nos llevará hasta otra pared de piedra que cruzaremos por una cancela metálica muy ruidosa que cerraremos a nuestro paso. Por último, la caminata nos llevará hasta la parte alta de Benaocaz, donde acabaremos la ruta.
Ya que existen simas profundas tendremos especial cuidado, sobre todo si vamos con niños.
VILLALUENGA DEL ROSARIO Llanos y Sima de El Republicano
Dificultad: baja. Sin permiso.
Duración aprox.: 3 horas
Época: de invierno a primavera
La ruta de este mes la vamos a situar en el término municipal de Villaluenga del Rosario, pequeña población que se encuentra a camino entre Benaocaz y Grazalema y a las faldas de la Sierra del Caillo. Para acceder a ella tenemos dos opciones: llegar desde Ubrique en dirección a Grazalema, pasando por Benaocaz; o desde Grazalema y el Puerto de los Alamillos en dirección Ubrique. Si venimos desde Benaocaz entraremos en lo que se conoce como "Manga de Villaluenga", un impresionante valle por el que discurre la carretera.
Villaluenga, a pesar de lo que pueda pensar mucha gente, por estar mal informada, es la localidad que se encuentra a mayor altitud de la provincia de Cádiz (872 m). Hay que decir también que la plaza de toros de este pueblo es la que mayor aforo tiene del mundo, y lo comprobarán ustedes cuando vean donde se encuentra. También he de contarles que en Villaluenga podremos degustar excelentes embutidos que elaboran artesanalmente los lugareños.
Los Llanos del Republicano son unas enormes explanadas "acomodadas" entre dos sierras: Sierra Peralto y Sierra de Líbar. Sorprende este lugar por resultar extraño su situación, rodeado de cotas que superan los 1.000 m de altitud y por la casi ausencia de árboles, que suelen aparecer en la periferia de los llanos.
La ruta comienza en un antiguo hostal que hay en la carretera que pasa por Villaluenga (actualmente un bar). En la puerta de este bar encontraremos información sobre el camino que tendremos que tomar, que parte desde aquí mismo.
Ahora deberemos subir por el carril en el que nos encontramos, que en los tramos de más pendiente se encuentra encementado para evitar que los vehículos patinen en días de lluvia. Esta subida no entraña dificultad alguna, aunque sí se nos puede hacer un poco larga. Este primer tramo nos ofrecerá buenas vistas de Villaluenga y de la Sierra del Caillo.
La subida acaba y tendremos que pasar por una verja. Pasada ésta el camino empieza a descender. Al principio tendremos a nuestra derecha un bosque de pinos que se extiende ante nuestra vista.
En algunos tramos podremos observar los picos más llamativos de la Sierra de Líbar y la frondosidad de la zona. Más adelante el camino discurre entre quejigos, alcornoques y encinas.
Serpenteando entre el bosque llegaremos a su fin, y observaremos ya los famosos llanos. Antes de entrar en ellos de forma "oficial" deberemos pasar una cancela y cerrarla tras nuestro paso.
Una vez dentro seguiremos unos metros el carril pero tendremos que abandonarlo y seguir en línea recta, dirigiéndonos hasta las mismísimas faldas de la Sierra de Líbar (imponente macizo que se eleva justo enfrente de nosotros). Lo mejor será que sigamos la corriente de cualquier arroyo que nos encontremos, pues nos llevará hasta la Sima del Republicano. Ésta es un enorme sumidero de aguas muy conocido por los espeleólogos. Podemos echar un vistazo a la sima y comprobar su profundidad
Extremar la prudencia en este punto si el arroyo va seco. Impedir a los niños su aproximación.
En cualquier otro caso tendremos que conformarnos con ver la oquedad desde lejos y disfrutar de la hierba, de los pájaros y de una buena tortilla. Eso sí, es recomendable que este paseo no lo realicemos en verano.
La vuelta la tomaremos por donde hemos venido... y deberemos afrontar la subida con calma ya que se puede hacer un poco larga si el día acompaña y el sol aprieta.
ARACENA
Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche
https://www.rutasdelsur.es/ruralhuelva
Pincha aquí arriba y descubrirás innumerables senderos y rutas de poca dificultad,
todos ellos discurren por la provincia de Huelva.
Ubicación: Sierra de la provincia de Huelva, abarcando desde la provincia de Sevilla hasta Portugal.
Superficie: 186.827 ha.
Municipios: Alájar, Almonaster la Real, Aracena, Aroche, Arroyomolinos de León, Cala, Cañaveral de León, Castaño del Robledo, Corteconcepción, Cortegana, Cortelazor, Cumbres de Enmedio, Cumbres Mayores, Cumbres de San Bartolomé, Encinasola, Fuenteheridos, Galaroza, Higuera de la Sierra, Hinojales, Jabugo, La Nava, Linares de La Sierra, Los Marines, Puerto Moral, Santa Ana La Real, Santa Olalla del Cala, Valdelarco y Zufre.
SENDERO ALÁJAR LOS MADROÑEROS
LOCALIZACIÓN: El sendero se localiza en el sector central de la franja meridional del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
PRINCIPALES RASGOS DE INTERÉS: Puntos panorámicos de Alájar, Los Madroñeros y la dehesa del entorno. Su principal atractivo lo constituye la aldea abandonada de Los Madroñeros; actualmente se están restaurando algunas casas por particulares.
Trayecto: Lineal de ida y vuelta.
Logitud: 4 Km ida y vuelta.
Altitudes: 615 m máximo, 500 m mínimo.
Tiempo estimado: 2 horas y media.
Dificultad: media.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO
Llegando a la plaza de Alájar tomamos por detrás de la iglesia buscando la salida del pueblo que baja hacia el sureste.
Tramo de Alájar: Por las últimas casas del pueblo encontramos, asilvestrada, una curiosa planta ornamental de la familia de las asclepiadáceas, Araujia sericifera, herbácea trepadora de frutos globosos con semillas negras con vilanos que producen “seda vegetal”.
El sendero comienza con un fuerte ascenso hasta el puerto de Los Madroños donde encontraremos un cruce. El Puerto de los Madroños se sitúa entre las sierras de Camposanto y Chao.
Estamos en una dehesa de encinas en donde encontramos, entre otras, almoradux, retama loca, planta hemiparásita que alimenta de la savia de otras plantas sin llegar a matarlas, tojos, jaguarzo morisco, jara rizada, Xolantha lignosa, cantueso, lentiscos, etc.
Para llegar a Los Madroñeros deberemos continuar el camino que llevamos, sin desviarnos a la derecha.
Tramo ladera de El Caracol: Iniciamos, a partir del cruce, el descenso por la ladera de El Caracol, que continuará hasta llegar a la aldea. Encontramos junto al camino un arroyo tapizado por grandes adelfas, majuelos, juncos, pamplina de agua, la labiada consuelda menor, dedaleras, y los helechos culantrillo de pozo.
Seguimos el descenso por la solana dentro de un encinar y matorral xérico de cistáceas, olivillas, escobones, cebollas albarranas, etc.
Tramo de Los Madroñeros: Al final de la cuesta llegamos a Los Madroñeros. Podemos recorrer la aldea y los alrededores. Se trata de una aldea prácticamente deshabitada, con construcciones singulares y un tranquilo entorno que merece visitarse. La vuelta la haremos por el mismo camino. Cuando estemos ya en la bajada hacia Alájar, descubriremos una buena panorámica del pueblo y la Peña.
FAUNA
Principalmente pequeñas aves que resultan comunes en la dehesa tales como abubillas, currucas, zorzales, mirlos, arrendajos, rabilargos y mirlos entre otras. Ocasionalmente podremos observar la presencia de rapaces campeando por la zona.
VEGETACION
Este itinerario se realiza a través de dehesas de encinas y alcornoques, con algunos tramos de vegetación mesófila de quejigos y bosques de ribera. Como especies endémicas o sobresalientes encontramos a Tilia cordata, Quercus faginea, Thymus mastichina subsp mastichina, Urtica dioica, etc.
GEOLOGÍA
Granito: Esta roca granítica procede de la fusión de gneises. Suele encontrarse muy alterado, frecuentemente con disyunción en bolas.
A veces presenta intercalaciones de cuarcitas negras.
Diorita: A esta roca a partir de ciertas determinaciones locales se la ha clasificado también como gneis.
Anfibolita: Son rocas metamórficas con importante proporción de anfíboles.
Esquisto con cuarcita: Son rocas oscuras satinadas, que presentan ocasionalmente, niveles cuarcíticos milimétricos.
El aspecto geomorfológico más destacable en este sendero es la alineación de sierras longitudinales que se sitúan en la panorámica sur, al fondo de Los Madroñeros. El origen de estas sierras, como suele ser frecuente, es su contenido en niveles cuarcíticos que ofrecen una especial resistencia a la erosión y, por tanto, protegen relativamente al relieve del desmantelamiento natural.
RASGOS ETNOLÓGICOS
Explotación tradicional de la dehesa con una ganadería centrada mayoritariamente en el cerdo ibérico. Huertas familiares dirigidas al consumo local. Alájar fue llamada por los árabes Alaxar (“la piedra”), cuyo significado puede tener origen en La Peña. Este fue lugar de retiro de Benito Arias Montano, Capellán Real y Consejero de Felipe II, quien confeccionó uno de los primeros mapamundis y promovió la reimpresión de la Biblia Políglota.
En su patrimonio arquitectónico tiene interés la Iglesia de San Marcos y la ermita de Ntra. Sra. de los Ángeles. En el mismo pueblo podremos encontrar un antiguo molino de agua convertido en restaurante en el que aún podremos observar gran parte de su maquinaria. Paisaje rural muy bien conservado y pueblos con un encanto especial que disfrutaremos paseando entre sus calles.
SENDERO ALTO DEL CHORRITO
LOCALIZACIÓN
Este sendero se encuentra en la zona central del Parque Natural Sierra de Aracena y picos de Aroche. En el término municipal de Los Marines.
PRINCIPALES RASGOS DE INTERÉS
Vistas panorámicas de las sierras orientales de Linares. Recorrido por laderas de umbría entre viejos bosques de castaños y entre matorral de solana. Se pasa de un paisaje de umbría a un paisaje de solana.
Trayecto: Lineal de ida y vuelta
Longitud: 3,5 Km ida y vuelta
Altitudes: 790 m máximo, 720 m mínimo
Tiempo estimado: 1 hora y media
Dificultad: media
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO
El sendero empieza en el camino que sube a la derecha de la cantera de Los Marines, situado junto a la carretera nacional. Si llegamos en coche debemos hacerlo desde dirección Fuenteheridos-Aracena y entrar por uno de los accesos. Mucha
atención porque hay tráfico y no hay mucha visibilidad.
Comienza el sendero entre castaños y alcornoques salpicados con algunas pequeñas huertas de olivos. Aquí podemos localizar Antirrhinum graniticum subsp onubensis, herbácea perenne endémica de hojas glabras y corola rosa-pálida casi blanquecina.
También cornicabras, paletosa, etc. Iniciamos la subida entre muros de piedras con un denso helechal. Entre los castaños aparecen algunos rebollos con zarzas, orégano, matagallos, higueruela o hierba cabruna, etc. En los muros aparece frecuente helecho y doradilla.
Con un poco de atención descubriremos la presencia de una pequeña orquídea de flores blancas. Algo más adelante abunda un denso matorral con carquesas y escobones y junto al tendido eléctrico, aparecen encinas achaparradas con torvisco, jara rizada, jaguarzos moriscos, etc. Llegando arriba el terreno es calizo.
Al coronar el puerto giramos a la izquierda bajando por el sendero. Continuamos entre encinas y alcornoques, jaras blancas, coscojas, matagallos, romero, zarzaparrillas, cornicabras, espino negro, altramuz loco, etc. El sendero acaba cuando llegamos a un pequeño afloramiento de rocas que hay en el camino. Desde aquí contemplamos una bonita panorámica. La vuelta es por el mismo camino.
Si como opción decidiéramos continuar hasta Linares de la Sierra, seguiremos bajando por el camino. Hemos de saber que la bajada es importante y, por tanto, la posterior subida y no está señalizado. En todo caso, habríamos de tener cuidado porque se atraviesa una carretera. Dicha bajada hacia Linares se haría por una dehesa de encinas con presencia de pinos piñoneros y olivos. El camino discurre por una gran solana con abundancia de jaras, cantuesos, tojos y algunos brezos. Junto al camino abunda la higueruela o hierba cabruna, leguminosa de hojas trifoliadas con un fuerte olor a betún, hierba pulguera, paletosa, perpetua, gordolobos, etc.
Cruzaríamos la carretera Aracena - Sta. Ana y seguiríamos descendiendo por una dehesa mixta con pinos piñoneros y matorral xérico. Se pasa un puente junto a un depósito de aguas con huertos de olivos, manzanos, granados, higueras, etc. En la ribera hay una chopera con álamos negros, sauces, juncos y berros, entre otras. Llegando ya a Linares encontraríamos grandes alcornoques, encinas, algunos quejigos, lentiscos, olivillas, etc.
Junto a los muros del camino aparecen algunas pitas y en zonas umbrosas hay helecho doradilla, protegido por el Catálogo Andaluz de Flora Silvestre Amenazada.
FAUNA
Principalmente aves de costumbres forestales tales como el pico picapinos, el pito real, gorrión chillón, el zorzal charlo, el cuco, herrerillos, carboneros, gavilanes, arrendajos, etc.
Abundan también diversos fringílidos como el pinzón vulgar, el verderón, el verdecillo, el jilguero y el pardillo. Frecuentan el área diversas especies nocturnas entre las que se encuentran el cárabo, el mochuelo, la lechuza y, en época estival, el autillo.
VEGETACION
El itinerario lo realizamos por un castañar y un área de matorral mediterráneo de solana.
GEOLOGÍA
Dolomías y calizas: Las encontraremos al comenzar a subir y prácticamente durante toda la subida. Hacia el muro del estrato, es decir, en su nivel inferior se observa a veces, sílice sedimentaria y vulcanitas ácidas interestratificadas. Además podremos apreciar el suelo de meteorización derivado de ellas, de aspecto terroso típicamente oscuro, desde tonos marrones hasta rojizos.
Esquistos: Ya llegando arriba y durante la corta bajada posterior, andaremos sobre una serie eminentemente detrítica (a veces con aportes volcánicos).
Uno de los aspectos más interesantes es la morfología de cabecera de valle que se observa hacia umbría de la Sierra Linares. En todo caso la connotación litológica de la estructura morfológica de este paisaje es muy marcada.
De hecho la sierra a la que hemos venido subiendo se encuentra definida en un paquete calcáreo que le da su estructura morfológica. Lo mismo sucede con la Sierra Linares.
Entre una y otra sierra, presentándose como unos relieves relativamente deprimidos, se encuentran las rocas esquistosas, en este caso, de menor competencia.
Las condiciones litológicas, así como de relieve y de clima dan lugar como podemos ver, a distintos tipos de suelos, según estemos en las solanas, en las umbrías, o en las zonas elevadas.
RASGOS ETNOLÓGICOS
Aprovechamientos orientados principalmente, a la recolección de la castaña y a las dehesas para el mantenimiento de una cabaña ganadera centrada en la explotación del cerdo y comercialización de sus productos. Las setas resultan un recurso complementario durante el otoño.
Si visitamos Los Marines la encontraremos como una pequeña villa que cuenta con unos 400 habitantes. Se origina durante la llegada de gente proveniente de León en lo que se llamó Repoblación, que se produjo varios siglos atrás.
Su caso urbano esta declarado Bien de Interés Cultural al igual que su iglesia de Ntra. Sra. de Gracia.
El origen de Linares de la Sierra parece ser reciente remontándose probablemente también al periodo de la Repoblación. Su nombre derivaría del lino, planta usada en la industrial textil muy utilizada en la antigüedad y ampliamente cultivada en la zona. Su principal edificio es la iglesia de San Juan Bautista (s. XVII). De interés son sus empedrados y el singular lavadero público.
Sendero de la Sierra del Búho
Trayecto: lineal.
Longitud: 3,9 Km. (ida y vuelta).
Desnivel topográfico: 140 m.
Cotas: 710 m. (máx) y 570 m. (min).
Suma de ascensos recorridos: 190 m.
Dificultad: media-alta.
Tiempo estimado: 2 h.
El sendero, conocido en Arroyomolinos como Camino Viejo del Bujo parte del mismo núcleo urbano de Arroyomolinos de León. Su acceso se localiza a partir de la pista que sube hacia la sierra del Búho. A esta pista puede llegarse desde el pueblo, en la calleja que sale al suroeste, al lado del puente que pasa sobre la rivera.
Desde el punto de vista litológico, encontraremos pizarras al principio y mármoles calcodolomíticos con intercalaciones de pizarras, hacia la llegada a la Sierra del Búho: La estructura geológica coloca los afloramientos de los estratos según una disposición general ONO-ESE, que define precisamente el relieve general de estas sierras. Los mayores resaltes topográficos de entorno, y del propio sendero, están directamente relacionados con los materiales marmóreos, que son de superior resistencia a la erosión, y que por ello dan forma a los relieves más elevados.
Al salir del pueblo atravesamos un pequeño arroyo con abundantes ortigas (Urtica dioica) para enseguida adentrarnos en una dehesa de encinas (Quercus ilex subsp ballota) donde en otoño florece el azafrán silvestre (Crocus serotinus subsp salzmannü).
En torno a la ribera, arroyos temporales y zonas próximas habitan algunos de los numerosos anfibios del Parque tal como la rana común, sapo de espuelas y sapo corredor.
Cuando pasamos la rivera, el sendero en su mayor parte discurre por un empedrado bastante deteriorado, y entre paredes de piedra por lo que no tendremos pérdida en su recorrido. Transcurre en una continua pendiente entre un paisaje adehesado. En la zona media hay una buena vista del paisaje del valle.
Conforme subimos, aparecen alcornoques (Q. suber) junto a coscojas (Quercus coccifera), lentiscos (Pistacea lentiscus), cornicabras (P terebinthus, Pistacia x saportae) madroños (Arbutus unedo) y, algo más adelante, cultivos de olivos e higueras.
Hacia el final del recorrido, llegamos a una zona dominada por un denso matorral con abundantes especies calcícolas. De nuevo lentiscos (P lentiscus), cornicabras (P terebinthus), coscojas (Q. coccifera) además de zarzaparrillas (Smilax aspera), BraChypodium, Selvaticum, Teucrium polium, perpetuas o hierba yezquera (Helichrysum stoechas), etc.
En cuanto a fauna general, encontramos las especies propias de dehesa con abundancia de especies forestales como arrendajos, trepador azul, zorzal charlo, pico picapinos etc.. Las zonas de huertas y cultivos, muchos de ellos abandonadas, atraen a diversas especies frugívoras como mirlos, rabilargos, currucas y zorzales.